La startup, que participó en IQS Next Tech 2018 y acaba de cerrar una ronda de financiación de 400.000 euros, ha creado una tecnología dirigida al sector veterinario para mejorar la monitorización de los perros hospitalizados

El miedo a intentar y probar cosas nuevas nunca había estado entre sus pensamientos. Con tan solo 14 años y de forma autodidacta empezaba programar y a crear sus primeras páginas web inspirada por una de sus pasiones, la tecnología, que situaba al mismo nivel que otras, como su amor por los animales, la música o la comunicación. La vida la llevó a estudiar periodismo y a formar parte de equipos de distintas agencias del sector musical hasta que un día descubrió lo que realmente quería hacer y cambió el rumbo de su vida para emprender, uniendo la tecnología y los animales.
Así empezaba la historia de DinBeat y de su CEO, Talía Bonmati, que, tras largas e intensas horas de trabajo, hoy, junto a su equipo, ha sido capaz de convertir su pasión en su trabajo y crear una tecnología que mejora el control de la salud de los animales.
Talía, este ha sido un año de grandes pasos para Dinbeat. Os conocíamos en junio tras haber sido seleccionados para participar en IQS Next Tech, pero 2018 ha significado un avance muy importante para vosotros. ¿Qué valoración haces?
Este último año ha sido clave, todo ha empezado a coger forma. Mirando hacia atrás, desde que empezamos en 2016, veo como hemos estado trabajando mucho en aspectos como la definición de producto, la selección de partners, la creación de un equipo sólido, que nos ha llevado al punto en el que estamos hoy. Ahora podemos ver los frutos de todo el trabajo hecho y las conexiones que hemos conseguido, tras estar presentando el producto a veterinarios y participando en programas de aceleración como IQS Next Tech. Realmente todo ha sido una gran oportunidad para dar a conocer a Dinbeat. Además, este pasado año también hemos recibido un SME Instrument Fase 1 y la subvención de 75.000 euros de Startup Capital de ACCIÓ.
Iniciar una startup nunca es fácil pero tu historia es diferente a muchas de las que estamos acostumbrados. Cuéntanos, ¿cómo surgió la idea de crear DinBeat?
Yo he estado trabajando en muchas empresas relacionadas con la comunicación, de hecho, las dos últimas eran startups y creo que eso me influyó en mi decisión final. Por mi forma de ser, siempre me ha gustado mucho aprovechar todas las oportunidades, intentar cosas nuevas y siempre probar. Así que emprender estaba en mi lista.
¿Tenías ya algún proyecto en mente?
Siempre había tenido muy claro que mis pasiones eran los animales y la tecnología, de hecho, a los catorce años aprendí a programar de forma autodidacta. Así que tuve muy claro que quería unir ambas cosas y creé un primer proyecto llamado DinDog, que era un directorio online para poner en contacto a profesionales del sector con propietarios a través de la geolocalización. Durante este proceso, gracias a uno de los compañeros que tuve en la última startup en la que trabajé, David Arranz, que actualmente es director del área de negocio de ImaginBank, le conté mi idea y me puso en contacto con Francisco Gil, consultor y experto en nuevas empresas, y actualmente mentor de Dinbeat. Juntos analizamos el proyecto y pudimos detectar que una plataforma online así, era muy complicada de monetizar, así que le dimos una vuelta.
¿Así surgía Dinbeat?
Sí, decidimos convertir la parte digital en un producto físico, ya que de esta manera conseguíamos continuar uniendo tecnología y animales. Iniciamos la investigación de mercado para ver qué se estaba desarrollando en Estados Unidos y Europa e identificar cómo podíamos aportar el máximo valor.
¿Cómo fue el proceso?
Iniciamos un estudio de mercado, pusimos unos formularios en Facebook dónde les preguntábamos a los usuarios si estaban interesados en saber qué hacia su perro cuando estaba solo en casa. Se apuntó muchísima gente y en 10 días los tuvimos que cerrar porque había muchísimas respuestas. Hicimos algo parecido también con profesionales, para identificar qué problemas tenían, qué les interesaba. De esas muestras nos quedamos con 700 personas que nos aportaban la información que queríamos tener. Después empezamos la fase de entrevistas personales, presenciales y telefónicas, que fueron clave para enfocarnos en lo que realmente aportaba valor.
¿Qué resultados obtuvisteis?
De toda la información que obtuvimos, lo que más les preocupaba a los usuarios era la salud de su perro. En el caso de los profesionales, fueron los veterinarios los que nos dijeron que tenían un problema importante con la monitorización de los pacientes enfermos, ya que después de la operación o durante su hospitalización, actualmente ponen a los perros en distintas jaulas para ir controlando sus constantes vitales. Pero en el momento en el que hay alguna urgencia, en ese momento la sala de hospitalización no hay nadie que pueda detectar una emergencia en alguno de los animales.
Ya habíais identificado una necesidad en el sector.
Sí, nos sorprendió que todos los veterinarios coincidiesen en la misma problemática, así que eso nos sirvió para dirigir la tecnología al sector profesional, en lugar de a los dueños.
Hicimos una nueva ronda de entrevistas, les preguntamos cuales eran los parámetros básicos que necesitaban para identificar si a un animal le pasaba algo o le podía pasar algo. Ahí nos definieron que para ellos era clave saber la frecuencia cardiaca, la respiración y la temperatura. A partir de ahí definimos las funcionales del dispositivo, y, además, añadimos la posibilidad de hacer un electrocardiograma y otros parámetros que no son tan médicos pero que aportan valor añadido, como la posición, el ladrido, o la actividad. Una vez realizada esta fase, iniciamos los encuentros con empresas de ingeniería para ver si todo lo que habíamos pensado era viable.
A día de hoy, ¿cómo describirías la empresa?
En Dinbeat desarrollamos productos innovadores para mascotas que impliquen tecnología y supongan un valor añadido para el sector. Concretamente hemos desarrollado Dinbeat Pro, un wearable.
Nuestro dispositivo consta de una unidad central, que es el que llamamos el corazón del producto. Este va introducido dentro de un arnés, que lleva una serie de sensores que son los que miden los parámetros de salud que comentaba antes y que son los que se monitorizan en tiempo real. El wearable se le coloca al perro, se le ponen los parches para el electrocardiograma, que también realiza nuestra tecnología, y esto envía toda la información a un hub, que sube todos los datos obtenidos a la nube, sin cables y en tiempo real. De esta manera, el veterinario recibe todas las alertas a través de notificaciones y puede monitorizar tantos pacientes como necesite.
Hasta el momento los animales debían quedarse hospitalizados cuando necesitaban cuidados y un seguimiento exhaustivo. ¿Cómo cambia Dinbeat Pro la forma de cuidarlos?
Este es uno de los principales aspectos que Dinbeat es capaz de mejorar. Actualmente cuando les hacen una intervención menor, necesitan una monitorización de una semana para comprobar que se recuperan bien. Con nuestra tecnología, aportamos una monitorización en remoto. En lugar de que el dueño tenga que visitar al veterinario cada día para asegurar un buen seguimiento, el profesional puede alquilar el arnés mientras el perro está en casa y desde la clínica puede tener un control de su evolución.
De esta manera el animal también se puede recuperar mejor en su entorno. A nivel emocional los propietarios pueden acompañarlo en todo momento y cuentan con un dispositivo que supone un coste inferior que el de dejarlo hospitalizado.
¿Y para los veterinarios qué significaría la entrada de vuestra tecnología al mercado?
Para empezar, supondría muchísimo menos estrés, y sobre todo la seguridad de saber que pueden salvarles la vida porque tienen un control de su evolución desde cualquier punto, ya que hasta ahora no les podían tener monitorizados en tiempo real. Para el profesional significa también una mejora de la calidad del trabajo que está realizando, tiene que consumir menos recursos de tiempo y dinero, y además puede optimizar al máximo las herramientas que tiene en la clínica porque pueden ahorrar más de un 60% en costes relacionados con la monitorización de los pacientes enfermos.
¿Hay otras tecnologías similares en el mercado?
Nuestra competencia son los monitores multiparamétricos, aunque no lo son directamente ya que nuestra tecnología entra justo cuando se desconectan tras las operaciones e intervenciones. Nuestro arnés se colocaría en el momento en el que salen de quirófano y se tiene que hacer el seguimiento.
Existen tecnologías similares en el mercado, pero están enfocadas al uso doméstico, no se dirigen al sector profesional. Estas recogen la información en unos sensores que colocan en el cuello, en cambio nosotros lo hacemos con un arnés que no concentra toda la electrónica en un mismo lugar para que el animal no soporte toda la carga en un punto. Además, de esta manera somos muy rigurosos con los resultados y también con la colocación de los electrodos para asegurar un resultado correcto.
Podemos decir que Dinbeat es la única startup que actualmente cubre la brecha que existe desde que se finaliza la intervención al perro y el momento en el que le dan el alta.
Exactamente, de esta manera asegura un control total de su salud entre la primera y la última fase de su hospitalización.
Dinbeat Pro está adaptado para perros, pero ¿planificáis que tenga aplicación en otros?
Pues de momento solamente nos dirigimos a perros, pero es verdad que hemos recibido interés para adaptarlo a caballos. Es un sector en el que hay muchas muertes súbitas y realmente a nivel de tiempo tan solo tendríamos que adaptar el tamaño del arnés.
Además, también nos planteamos adaptarlo para gatos, pero tenemos que ver cómo hacerlo.

En una segunda fase del proyecto también queremos comercializar una versión mucho más sencilla para propietarios, que les permita obtener los resultados de los parámetros médicos analizados de forma sencilla y comprensible. Como recogemos mucha cantidad de información y pactar con los profesionales qué tipo de datos traducidos se pueden enviar a los propietarios.
Actualmente estáis llevando a cabo pruebas en el Hospital Veterinario de la Universidad de Murcia. ¿En qué consisten y cuáles están siendo los resultados?
Básicamente las pruebas que se están realizando consisten en colocar nuestro dispositivo y a la vez un monitor multiparamétrico para ir validando datos, ver qué los resultados de los parámetros analizados en ambos son los mismos.
Sabemos que la entrada de un dispositivo médico en el sector sanitario es un proceso largo y complicado. ¿Ocurre lo mismo en el caso de la implementación de un dispositivo médico dirigido a animales?
La llegada al mercado se reduce muchísimo cuando es un dispositivo para animales. Por desgracia hasta hace poco, por legislación los animales estaban considerados prácticamente cosas, por lo tanto, la barrera de entrada era mucho más baja. Esperamos que esto algún día cambie.
¿Cómo ha sido el proceso de trabajo y validación con el sector veterinario?
Lo han recibido bastante bien, saben que cubre una necesidad no cubierta. Ahora mismo quieren asegurarse de que funciona correctamente, validar los datos e iniciar pruebas.
Durante el IQS Next Tech 2018 habéis estado trabajado en el desarrollo de vuestro prototipo. ¿En qué punto se encuentra actualmente la tecnología?

Actualmente estamos montando los 10 prototipos finales y ya tenemos todos los proveedores. Realmente el programa nos ha ayudado mucho a definir cosas, a aprender sobre diseño industrial, certificaciones en todas las fases de prototipo y del proceso de industrialización.
Con IQS Next Tech hemos conseguido tener una visión 360 grados y coger la información que necesitábamos para avanzar en el momento en el que nos encontramos actualmente. Además, también nos ha servido para replantearnos cosas que no hubiésemos tenido en cuenta y que quizás hubiese provocado errores. Cada sesión te permitía sacar aquello que era útil para tu empresa.
Recientemente habéis cerrado una ronda de inversión de 400.000 euros con un importante grupo inversor de Estados Unidos.
Sí, hace pocos meses cerramos una ronda de inversión con Animal Bioscience, que forma parte de un grupo que se llama Life Bioscience. El grupo inversor tiene un gran portfolio de empresas y ha abierto una división animal, fue entonces cuando apostaron por nosotros. Están muy interesados en nuestro dispositivo porque actualmente no hay nadie que haya desarrollado una tecnología como la nuestra, que, además, puede proporcionar una gran cantidad de datos de la monitorización de cada animal.
¿Qué significa esta inyección de dinero para Dinbeat?
Para nosotros ha significado todo, primero a nivel de reconocimiento porque significa una validación más de nuestra tecnología. Ha sido una inyección de energía y de confianza para dar los siguientes pasos hacia la comercialización.
¿Cómo estructuráis la estrategia de negocio para continuar creciendo?
Actualmente ya estamos recibiendo reservas para el primer lanzamiento de prototipos, que empezaremos en mayo. A partir de ese momento queremos ver su evolución en España y ya hemos contactado con distribuidores a nivel europeo, para comercializar en algunos países de Europa como: Alemania, Reino Unido, Italia o Francia, donde apuestan más por el sector de las mascotas. En 2022 nos gustaría abrirnos a Estados Unidos.
Hacer crecer y evolucionar una startup siempre requiere un importante equipo detrás. ¿Cuántas personas formáis parte actualmente del equipo?

En total somos 10 personas, 5 de ellas estamos a tiempo completo. Dentro de estas 10 contamos aparte con el Hospital Veterinario de la Universidad de Murcia, con Álvaro Lamas, que es veterinario especialista en cardiología, que es con quien hemos trabajado desde el principio para validar datos de electrocardiogramas, y también tenemos a Francisco Gil, como mentor de la empresa. Además, David Arranz, se encarga de la estrategia de marketing, Sandra Ibarra, gestiona toda la parte financiera de la empresa, y Pablo Crespán, es veterinario, especializado en venta y distribuidores.
Actualmente en la oficina estamos Marina Gómez de Tejada, que es Project Manager, Marcelino Camacho, que es Hardware and Firmware Developer, Michel Escolano, que es Software Developer, y Alejandra Santander que es Design Manager. También contamos con una agencia que colabora con nosotros en el diseño industrial.
A corto plazo queremos incorporar nuevos perfiles.
¿Qué aprendizajes te llevas de todo el proceso desde que empezaste a darle forma?
El aprendizaje principal es entender que el equipo es todo y que la confianza en cada persona es clave para que la empresa avance, si una pieza no encaja, afecta directamente a la empresa. Es imprescindible encontrar a gente que se comprometa, que está desde el inicio, que quiere evolucionar con la compañía.
Hemos aprendido que, en el ámbito industrial, nunca se tarda el tiempo que crees en el desarrollo de un hardware, por ejemplo. Así como que en España la búsqueda de financiación para startups industriales sigue siendo complicada, y en nuestro caso, si no tienes financiación no puedes avanzar.
Mirando al futuro, ¿dónde ves a Dinbeat en 5 años?
En 5 años nos gustaría que estuvieran utilizando nuestro dispositivo en todos los hospitales veterinarios, ya que vemos que es una mejora importante para la monitorización de pacientes enfermos, que mejora el control de la salud de los animales, así como el trabajo de los veterinarios y, además, ahorra costes al sector.